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sábado, 24 de agosto de 2013

Spartacus: Blood and Sand (Spartacus: Sangre y Arena)



Spartacus: Sangre y Arena (título original en inglés Spartacus: Blood and Sand) es una serie de televisión que presenta de manera novelada la vida del famoso gladiador rebelde Espartaco. Allí también se muestra la vida y peripecias de sus compañeros gladiadores y de los romanos más próximos a Espartaco. Se rodó en Nueva Zelanda y destaca por la numerosa aparición de efectos digitales muy similares a los vistos en la película 300.
Cabe destacar la gran cantidad de violencia y sangre en la serie, además de numerosas mutilaciones. También hay gran cantidad de desnudos explícitos y escenas de sexo.
La primera temporada consta de 13 episodios de alrededor de 55 minutos cada uno que se comenzaron a emitir el 22 de enero de 2010. La serie fue renovada para hacer la segunda temporada; sin embargo, a Andy Whitfield (quien interpretaba a Spartacus), le fue diagnosticado un linfoma no-Hodgkin y requirió un tratamiento agresivo para erradicarlo, aunque sin éxito. Murió el 11 de septiembre de 2011 en Sídney. Durante el tratamiento contra el cáncer de Andy Whitfield filmaron una precuela de la serie, titulada Spartacus: Gods of the Arena («Espartaco: Dioses de la Arena»), una miniserie de tan solo 6 episodios.
La segunda temporada se llama Spartacus: Vengeance («Espartaco: Venganza») y se estrenó en febrero de 2012. El sustituto de Andy Whitfield para la 2ª temporada es Liam McIntyre.
La serie narra la vida del célebre Espartaco, desde su captura a manos de los romanos en la región de Tracia pasando por su vida en la escuela de gladiadores de Batiatus hasta su rebelión y huida junto a sus compañeros gladiadores luego de ganar su confianza. Se relatan todas las peripecias de Espartaco dentro del ludus, su convivencia entre los demás gladiadores y cómo son tratados por los romanos; de igual manera que se exponen las vivencias de Batiatus, el lanista, y sus intentos de ascender socialmente, utilizando sin escrúpulos a los gladiadores.

Reparto y personajes

Espartaco (Andy Whitfield)
Espartaco fue un guerrero tracio. Su pueblo, Tracia, pasó a formar parte de las tropas auxiliares romanas en su lucha contra los dacios, aunque decidió desertar al ver cómo los romanos no cumplían con las condiciones fijadas con los guerreros tracios. Cuando su villa es saqueada y quemada, huye con su esposa pero es capturado por el Legatus romano Claudius Glaber y vendido a Batiatus, dirigente de una escuela de gladiadores. Espartaco se convirtió en una leyenda al derrotar al griego Teocles, un gladiador legendario imbatido. Espartaco logra la promesa de que Batiatus le traiga de vuelta a su esposa, que había sido vendida como esclava por Glaber, pero al reencontrarse con ella, muere en sus brazos a consecuencia de las graves heridas que había sufrido en un asalto de la caravana que la transportaba. Espartaco descubre que fue el propio Batiatus quien había ordenado el asalto que ocasionó su muerte y junto con los demás gladiadores comanda la rebelión contra la casa de Batiatus.

Quintus Léntulus Batiatus (John Hannah)
Batiatus dirige una decadente escuela de gladiadores en la ciudad de Capua. Batiatus trata de sobrevivir ahogado por deudas y cada vez más eclipsado por sus competidores. Gracias a la victoria de Espartaco sobre un gladiador legendario, comienza a ascender socialmente y a aspirar un lugar en el Senado romano. Pero los métodos utilizados en su ambición le acarrean problemas y cuando cree que ha logrado su pretensión se enfrenta a la rebelión de sus gladiadores.














Lucrecia (Lucy Lawless)
Lucrecia es la esposa de Batiatus, calculadora y muy licenciosa. Ayuda a su marido con sus ambiciosos consejos en el manejo de la escuela de gladiadores. Tiene al gladiador Crixo como amante primeramente para satisfacer sus necesidades sexuales, llegando a enamorarse y a salir embarazada de él. Con eso logra el ansiado heredero que tanto ella como su esposo necesitaban. Al enterarse de que Crixo no le corresponde en su amor y que está enamorado de su esclava Naevia, ordena que ésta sea trasladada a otro lugar lejano.













Ilithia (Viva Bianca)
Ilithia es la esposa del Legatus Claudius Glaber e hija de un senador de Roma. Ostentosa, arrogante, cínica y extremadamente manipuladora, tras visitar la casa de Batiatus se hizo amiga de Lucrecia y comenzó a asistir a las luchas de gladiadores celebradas en Capua. Desea al gladiador Crixo y odia a Espartacus. Por un complot de Lucrecia que le hace creer que está fornicando con Crixo descubre que con quien ha estado es con Espartaco (ambos fueron engañados por Lucrecia, ya que usaban máscaras). Ilithia hace todo lo posible por eliminar a Espartaco, como sobornar a un gladiador galo para que intentara asesinarlo o de persuadir a Batiatus y Lucrecia para que peleara con rivales cada vez más fuertes.



Claudius Glaber (Craig Parker)
Legatus de las regiones romanas en Tracia y marido de Ilithia. Logró forjar una inestable alianza con los tracios en la guerra de Roma contra los dacios. Fue persuadido por su esposa Ilithia para que atacara a Mitrídates VI que acosaba a las legiones romanas en Asia Menor, eso causó la ira de los tracios que se rebelaron. Glaber capturó a Espartaco, uno de sus caudillos y lo vendió a Batiatus, un dirigente de una escuela de gladiadores.














Crixus (Manu Bennett)
Crixus es un gladiador de origen galo, al contrario que la mayoría de gladiadores, Crixus no lucha para conseguir su libertad; acepta su vida tal como es. Poseía el título de Campeón de Capua hasta que fue gravemente herido cuando él y Espartaco se enfrentaron al legendario Teocles, un gladiador imbatido. Espartaco salió ileso de la contienda y se llevó la gloria de la victoria, y con ella el título de "campeón de Capua". Crixo pasó mucho tiempo recuperándose de las heridas y su fama se apagaba lentamente. Enamorado de la esclava Naevia, es amante de Lucrecia y la embaraza. Los enamorados son separados por la celosa Lucrecia.











Oenomaus o Doctore (Peter Mensah)
En su juventud fue uno de los mejores gladiadores de origen africano que sobrevivió a graves heridas. Se convirtió en el leal entrenador de los gladiadores de la casa de Batiatus. Hombre de gran honor y responsabilidad, el propio Batiatus le ofreció la libertad para que tuviera el título de Lanista y se hiciera cargo de la escuela de gladiadores mientras él se ocupaba de su ascenso en el Senado romano. Es cuando se entera por boca del propio Batiatus que éste había mandado a asesinar a Barca (guardaespaldas de Batiatus y amigo de Oenomaus), la razón por la cual decide apoyar la rebelión de Espartaco.









Barca (Antonio Te Maioha)
También llamado "la bestia de Cartago", es uno de los gladiadores más exitosos de Batiatus, le sirvió como guardaespalda y asesino personal. Barca trató de comprarse su libertad junto la de su amante Pietro en una apuesta contra Ashur, quien reúsandose a pagarle contrató a un mensajero para calumniar en contra de la lealtad de Barca hacia Batiatus.















Pietro (Eka Darville)
Amante de Barca y esclavo de Batiato, sueña con la libertad junto a Barca y espera ganar el suficiente dinero para comprar la libertad de ambos. Luego de haberle ganado una apuesta a Ashur, este último planea la muerte de Barca.







Solonius (Craig Walsh Wrightson)
Es el lanista rival de Batiatus.






















Varro (Jai Courtney)
Es un Gladiador que Lucha para pagar sus cuentas y para mantener a su familia. Se convierte el mejor amigo de Espartacus.




















Sura (Erin Cummings)
Sura es la esposa de Espartaco, de origen tracio. Espartaco estaba profundamente enamorado de ella y cuando ambos fueron capturados por los romanos, luchó por averiguar su paradero.


















Ashur (Nick Tarabay)
Un ex-gladiador sirio. Una de sus piernas quedó mal herida durante una pelea con el gladiador Crixus, así que pasó a ser consejero y comerciante de Batiatus. Ejecutó el asesinato de Barca, uno de los gladiadores de Batiatus.



















Mira (Katrina Law)
Esclava en la villa de Batiatus. Es asignada a Espartaco para calmar al guerrero, de quien termina enamorándose.


















A continuación se presenta una lista de episodios de la serie Spartacus: Blood and Sand cuya emisión original fue en el canal Starz el 22 de enero de 2010 en EE. UU.. Su estreno en España en Cuatro fue el 23 de febrero de 2011.
Los dos primeros episodios fueron escritos y dirigidos por Rick Jacobson y Steven S. DeKnight, respectivamente. Y toda la primera temporada está protagonizada por Andy Whitfield, el cual falleció por linfoma antes de la segunda temporada como Espartacus, en la segunda temporada fue Liam McIntyre.
Su primera temporada tiene 13 episodios de una duración de 50 minutos y trata sobre la vida de Espartaco que pertenece a un pueblo sometido por los romanos. En una de las batallas junto a los romanos decide desobedecer la orden directa de la legión lo que le condena a luchar en la arena romana.
La segunda temporada trata sobre las batallas de Espartaco para conseguir la libertad de los esclavos y la precuela consta de seis episodios que tratan sobre la vida en el Ludus de Batiato antes de que llegue Espartaco.

Primera temporada:2010

En la primera temporada de Spartacus: Blood and Sand, Espartaco —Andy Whitfield— es un guerrero tracio que se alía junto a los romanos para proteger su hogar de las invasiones bárbaras. Llegados a un punto Espartaco y sus compañeros creen que no reciben el trato que se merecen ya que las estrategias de guerra dejan sin protección sus hogares. Debido a esto deserta y es tomado primero como prisionero por un legionario Claudio Glabro —Craig Parker— y obligado después a luchar como gladiador en la arena separándole de su mujer.
Allí es vitoreado por el público debido a su fiereza y uno de los dueños de una escuela de gladiadores —ludus— llamado Batiato —John Hannah— decide comprarlo por un precio módico como esperanza de que devuelva la gloria a su ludus en horas bajas. Al principio Espartaco se resiste a colaborar con Batiato y su único objetivo es reunirse con su mujer Sura —Erin Cummings—. Batiato decide prometer a Espartaco que la traerá al ludus y trabajará como esclava para Lucrecia —Lucy Lawless—, la mujer de Batiato, aunque después de su muerte, el gladiador decide centrarse en ganar la gloria que Batiato tanto desea.
Como gladiador conoce a Crixo —Manu Bennett— galo y actual campeón de Capua con el que rivaliza desde el primer momento. También conoce a Varro —Jai Courtney— un aliado que se convierte en amigo y que está allí debido a que quiere pagar deudas de juego y reunirse con su esposa. Doctore —Peter Mensah— es el jefe y entrenador de los gladiadores y es el único que se ha enfrentado a Theocles y ha sobrevivido. Ashur ayudante y hombre de confianza de Batiato que goza de ciertos privilegios.
Pero también se preparan tramas que implican a los ciudadanos; Lucrecia está enamorada de Crixo, Ilitía —Viva Bianca—, esposa de Claudio Glabro , es amiga íntima de Lucrecia y empieza a sentir atracción hacia Espartaco al igual que Licinia —Brooke Harman—, amiga común. Por su parte Batiato desea hablar con el magistrado Calavio —John Bach— para ocupar un puesto de importancia a nivel local, pero al rechazarle éste decide tomar una decisión drástica.
La temporada termina con la preparación de una revolución que empieza en laudo de Batiato.

1-«The Red Serpent» La serpiente roja

Un guerrero tracio y sus compañeros guerreros se alían con Roma para proteger su hogar. Pero pronto se muestran descontentos con los romanos cuando las estrategias de guerra de estos deja sus hogares sin protección de los bárbaros invasores. El guerrero lidera una rebelión y abandona las filas romanas para volver a su pueblo y con su mujer. Los invasores atacan y él y su mujer escapan, pero son capturados por los romanos. La mujer del guerrero, Sura, es forzada a ejercer de esclava y él y los otros son llevados a la arena en Capua para matarlo públicamente por los gladiadores donde prueba su valía y se le da el nombre de Spartacus. En la lucha en la arena contra varios gladiadores sale victorioso y por el clamor popular se le perdona la vida, vendiéndolo a una escuela de gladiadores -ludus-, que no está en su mejor momento, dirigida por Batiato.

2-«Sacramentum Gladiatorum» Sacramento de gladiadores

El guerrero esclavizado Spartacus entra en el ludus de Batiato para recibir entrenamiento y luchar contra los gladiadores. Rápidamente es recibido por el campeón de Capua, Crixo, del que se hace enemigo y recibe entrenamiento de Doctore. Conoce a Varro, un compañero del ludus, del que se convierte en aliado. El propietario de Espartaco, Batiatus, le hace una oferta que encuentra difícil de rechazar. Espartaco se enfrenta a la prueba que determina si es valioso como gladiador o no.

3-«Legends» Leyendas

Se organiza la «Vulcanalia» y Batiato el jefe del ludus quiere honrarla enviando 20 gladiadores a luchar en la arena, muchos de ellos como Espartaco por primera vez. A Espartaco lo emparejan con su amigo Varro para salir los primeros, considerados los más débiles, pero él quiere luchar con Crixo y ser un primus, los más valiosos, para así conseguir recuperar a Sura.

4-«The Thing in the Pit» La fosa

Después del combate con Crixo, Batiato está muy descontento con Espartaco al haber perdido el favor del pueblo. Éste se ofrece a luchar en otro lugar que no sea la arena y Batiato le dice que hay un lugar llamado «la fosa» donde además el jefe del ludus podrá recuperar el dinero que invirtió en él, además de recuperarse de los problemas económicos por los que pasa la escuela de gladiadores . Allí, en un lugar sin reglas, Espartaco debe participar y sobrevivir si quiere ponerle un punto y seguido a la búsqueda de su mujer.

5-«Shadow Games» Juegos con la sombra

Debido a la sequía que asola la ciudad, el gobernador llega al ludus de Batiato para reclamar a dos gladiadores que lucharán contra Theocles, el guerrero contra el que luchó Doctore, para así hacer un sacrificio a los dioses que les complazca. Por otro lado, mientras que Batiato está fuera, la amiga de Lucrecia, Ilitía —esposa de Glaber, el que apresó a Espartaco— llega con una sacerdotisa para que los dioses pueda darle el don de concebir descendencia.

6-«Delicate Things» Cosas delicadas

Después de que Crixo haya sido herido fatalmente en la arena en la lucha junto a Espartaco contra Theocles, el segundo pasa a ocupar el lugar de el capeón de Capua mientras Crixo se recupera. Gracias a su victoria, el ludus de Batiato parece ganar fama y reconocimiento, y éste le ofrece cumplir con su parte del trato trayendo a su esposa Sura al ludus aunque no podrá vivir junto a ella y trabajará como esclava para Lucrecia. Espartaco entre tanto planea escapar del ludus junto a su mujer, y parece que el único obstáculo es Doctore. Unas buenas noticias para el magistrado, de visita en el ludus, parecen complicar el ascenso de Batiato.

7-«Great and Unfortunate Things» Cosas grandes y desafortunadas

Crixo parece que se está recuperando. Doctore averigua los planes de Espartaco para escapar y se acerca a la verdad sobre la desaparición de Barca. Para una reconstrucción de una batalla de los medos contra tracios, el dueño de otro ludus visita a Batiato para que Crixo sea el jefe de las hordas romanas en el espectáculo, pero debido a su convalecencia Batiato ordena a Espartaco que luche en su lugar, aunque éste en un primer momento se niega a vestirse de romano y escenificar que mata a su propio pueblo.


8-«Mark of the Brotherhood» La marca de la hermandad

Batiato compra un lote de esclavos y se repite el mismo proceso de cuando fue comprado Espartaco, solo que es ahora éste, no Crixo, quien le dice a los nuevos gladiadores que tienen bajo los pies «tierra sagrada». Batiato le ofrece un gladiador a Ilitía, la amiga de Lucrecia y esposa de Glabro Craso, de visita en el ludus. Mientras tanto parece que Crixo no termina de recuperarse del todo y necesita unas hierbas para acelerar el proceso y así comenzar a entrenar de nuevo.


9-«Whore» Ramera

Lucrecia revela a Ilitía que Licinia pretende acostarse con uno de los gladiadores y Batiato le dice a Espartaco que ella está interesada en él, por otro lado Lucrecia envía a una esclava para que practique sexo con este último. Crixo se recupera totalmente y quiere luchar pero Doctore lo empareja con uno de los recién llegados para que empiece a coger práctica. Ashur se viste de gladiador y quiere luchar, pero Batiato no quiere perderle como su hombre de confianza y se niega a entrenarle.

10-«Party Favors» Favores en la celebración

Batiato decide regalar por la toga virilis del hijo del magistrado unos juegos en el ludus en su honor. Ilitía se refugia en el ludus de Batiato después de haber asesinado a Licinia lo que Lucrecia aprovecha para hacer ascender el nivel de los juegos celebrados para el hijo de Calavio, Numerio, enviando una invitación a importantes personalidades en nombre de la esposa del legado Glabro Craso —Ilitía. Salonio el rival de Batitato también acude a los juegos de celebración. Ashur ve a Crixo y a Naevia

11-«Old Wounds» Viejas heridas

Después de que el magistrado rechace la propuesta de Batiato para ocupar un cargo local decide vengarse de Calavio con la ayuda de Ashur y el que trajo a Sura, la esposa de Espartaco, a ludus. Se acercan los juegos de Pompeya y Crixo no está de acuerdo en que sea Espartaco el Primus —el gladiador más valioso— y se enfrente a Pericles «el titán de Pompeya» en una misión sine missione. Lucrecia envía de nuevo a Mira para que le dé todo el placer que desee.

12-«Revelations» Revelaciones

Al acusar a Varro de asesinato es condenado a luchar en la arena contra Espartaco, mientras que este último planea vengarse de Batiato después de descubrir que fue él quien ordenó el asesinato de Sura. Batiato ofrece a Ashru un puesto de privilegio junto a él y el cuerpo de una de las esclavas para su disfrute personal. El esposo de Ilitía, Glabro Craso se postula como pretor por lo que debe marchar con él de vuelta a Roma, pero primero hace una visita al ludus de Batiato.

13-«Kill Them All» Mátalos a todos

Dos días antes de que Batiato ascienda a edil en Capua Espartaco comienza a preparar su venganza en contra de éste. Para ello intenta ganarse a Crixo y a sus hombres, junto a la esclava Mira, que debe dejar las puertas de la parte baja abiertas para poder acceder hasta Batiato. Lucrecia mientras tanto obliga a Ilitía a ser casi su esclava después de que Glabro se enterase por boca de Batiato del acto cometido contra la prima del magistrado y la abandonase allí.



Spartacus: La historia detras de la serie




La serie Spartacus está basada en la vida de Espartaco, un gladiador que en el siglo I a. C. organizó una importante rebelión de esclavos. La serie es muy entretenida y recomendable, aunque tiene varias inexactitudes. Lo que quiero hacer en este post es contar la historia auténtica de Espartaco, que es tan interesante como la versión de los guionistas de ese programa.
Todas las fuentes antiguas coinciden en que Espartaco era tracio. Sin embargo, esto no quiere decir necesariamente que fuera nativo de Tracia. En el siglo I, había dos estilos de combate para los gladiadores: el tracio y el galo. Cada estilo de combate implicaba diferentes tipos de movimientos, armas y armaduras, y, al comprar a un esclavo para convertirlo en gladiador, el lanista (así se llamaba el dueño de un ludus, como se conocía a las escuelas de gladiadores) decidía para qué estilo sería entrenado según su contextura física, independientemente de su origen étnico. De modo que es posible que el lugar de
nacimiento de Espartaco estuviera ubicado en cualquier punto del vasto Imperio Romano, o incluso fuera de él. También es posible que su nombre ni siquiera fuera Espartaco.
Hacia el año 73 a. C. Espartaco era un gladiador en el ludus de Gneo Cornelio Léntulo Batiato, en la ciudad de Capua. Ese año él y otros gladiadores organizaron una fuga. Al ser descubiertos, debieron defenderse con utensilios de cocina, hasta que lograron llegar hasta el depósito de las armas y usarlas para vencer a los soldados que custodiaban el ludus; es posible que Batiato haya muerto en el combate. El grupo de gladiadores fugitivos era de apenas setenta. Las autoridades de Capua, enteradas de lo ocurrido en el ludus de Batiato, enviaron una pequeña fuerza para capturarlos, pero fueron derrotados, y pronto cientos de otros esclavos de la zona se escaparon para unirse al grupo. Finalmente ellos optaron por refugiarse en el monte Vesubio, un lugar fácil de defender. Allí eligieron a Espartaco como el jefe de lo que ahora era una horda cada vez más numerosa. Dos gladiadores “galos” ―conviene no olvidar la cuestión de los estilos de combate― llamados Crixo y Enomao eran sus lugartenientes principales.
El tema de los esclavos rebeldes de Capua pasó a manos del gobierno romano, pero al principio los dirigentes del Imperio no lo consideraron como una seria amenaza militar sino como un problema de naturaleza más bien policial. Así que enviaron apenas cinco cohortes de soldados ―el equivalente a unos 2.500 hombres, menos de media legión― al mando de un pretor ―magistrado de rango inferior al de los cónsules― llamado Cayo Claudio Glaber para erradicar a los esclavos del Vesubio. Glaber puso sitio al Vesubio, esperando cortar el suministro de víveres y lograr que los esclavos se rindieran. Sin embargo Espartaco y sus hombres lograron salir a hurtadillas del volcán y atacaron el desguarnecido campamento de Glaber, matando a todos los legionarios que habían quedado allí. Glaber intentó organizar una ofensiva con las tropas que le quedaban, pero fueron nuevamente derrotados; la mayoría de sus lugartenientes murió, y el propio pretor estuvo a punto de ser tomado prisionero. El resonante éxito de Espartaco hizo que miles de personas se unieran a sus fuerzas. No solo esclavos fugitivos se enrolaron en el ejército, sino también campesinos y pastores descontentos con la mala situación económica que atravesaban por la competencia de los grandes latifundios esclavistas. Así Espartaco llegó a tener 70.000 hombres bajo su mando.
En el invierno boreal del 73-72 a. C. Espartaco se dedicó a entrenar a sus tropas y a enviarlas en incursiones de saqueo a las ciudades de Nola, Nuceria, Thurio y Metaponto. En la primavera boreal del 72 Espartaco y su ejército comenzaron a moverse hacia el norte. Alarmado, el Senado romano envió un ejército más fuerte que el anterior, formado por dos legiones al mano de los cónsules Lucio Gelio Publícola y Gneo Cornelio Léntulo Clodiano. El ejército consular inicialmente tuvo éxito, derrotando a una parte del ejército rebelde formada por 30.000 soldados y comandada por Crixo ―quien estuvo entre los caídos en esa batalla―, pero luego fueron vencidos por el propio Espartaco
En Roma el temor a Espartaco creció. Conviene recordar que en esa misma época el poder de Roma se veía amenazado tanto en Oriente como en Occidente. Mientras que en Anatolia el rey Mitrídates VI del Ponto había emprendido una campaña para ampliar su reino y arrebatarle a Roma sus provincias, en España Quinto Sertorio, el último y más exitoso general de la facción de Cayo Mario, derrotada en la guerra civil por la del dictador Lucio Cornelio Sila, había creado un bastión rebelde desde donde hostigaba al gobierno romano, dirigido por los herederos políticos de Sila. Los dos generales más capaces del momento, Lucio
Licinio Lúculo y Gneo Pompeyo Magno, estaban ocupados en eliminar las amenazas en Asia y en España respectivamente. De modo que el tener un ejército de esclavos en la propia península itálica podía significar la destrucción del Imperio Romano.
El Senado decidió encomendarle la misión de acabar con la rebelión a Marco Licinio Craso. Craso era el hombre más rico de Roma, pero también poseía antecedentes militares nada desdeñables. Él comandó una de las dos divisiones del ejército de Sila durante la decisiva batalla de Puerta Colina, en el 82 a. C., y fue clave para la victoria del dictador. Su familia había perdido toda su fortuna durante la guerra civil, pero él logró reconstruirla gracias a las proscripciones del régimen de Sila, que le permitieron apoderarse de las propiedades de muchos hombres y mujeres condenados a muerte por apoyar al bando perdedor. Otro método ingenioso que empleó fue el siguiente: cada vez que le informaban que algún edificio en Roma estaba incendiándose, se dirigía allí y se lo compraba al propietario in situ y a un precio mucho más bajo que el correspondiente, para luego hacer que una cuadrilla de quinientos esclavos
suyos a quienes había entrenado como bomberos apagaran las llamas. Una vez que Craso volvió a convertirse en un hombre adinerado, empleó su fortuna para obtener poder político, prestándole grandes sumas de dinero a sus colegas del Senado sin cobrarles intereses… pero exigiéndoles favores políticos a cambio. Esto último fue clave para lograr que los senadores le dieran la misión de acabar con Espartaco, misión que le permitiría “reverdecer” sus laureles como general y quedar bien posicionado para las elecciones de cónsules.
A Craso lo pusieron al mando de ocho legiones ―50.000 hombres en total, muchos de los cuales eran supervivientes de las dos legiones de Publícola y Léntulo Clodiano―, con las cuales fue al encuentro de Espartaco. Aparentemente, en una escaramuza inicial, dos de las legiones mostraron una gran cobardía ante el enemigo. Craso entonces recurrió a un castigo que figuraba en los códigos militares romanos pero que hacía siglos que no se aplicaba: diezmar a las legiones. El castigo consistía en dividir a las legiones en grupos de diez soldados. De esos diez, uno debía ser ejecutado, y los restantes nueve debían ser quienes lo mataran, y no utilizando sus espadas ―un método demasiado rápido― sino a garrotazos. De esa manera sufrían tanto el condenado a muerte como sus verdugos, que se veían forzados a asesinar lenta y dolorosamente a uno de sus compañeros. Con ese brutal método Craso logró que sus soldados le tuvieran más miedo a él que a Espartaco
Poco después llegó la noticia de que Espartaco había hecho que 300 romanos, soldados de las legiones de Léntulo Clodiano y Publícola que habían sido tomados prisioneros, combatieran hasta la muerte como gladiadores, como parte de los Juegos funerarios en honor al fallecido Crixo. El único gladiador/prisionero sobreviviente fue flagelado y decapitado. La noticia fue una humillación para el orgullo nacional de los romanos, e hizo que los legionarios de Craso estuvieran aún más decididos a terminar con Espartaco.
Se produjeron varias victorias de Craso sobre Espartaco en el año 71, que lo forzaron a detener su marcha hacia el norte e ir moviéndose cada vez más hacia el sur de la península. Desesperado, Espartaco quiso trasladar a su ejército a través del estrecho de Mesina hacia la isla de Sicilia, e hizo un pacto con unos piratas cilicios, a quienes les entregó una gran suma de dinero como adelanto, para que les permitieran usar sus naves; no obstante, los piratas decidieron que era más inteligente quedarse con el adelanto y dejar librados a su suerte a los esclavos. Espartaco entonces movió a su ejercito a los alrededores de Reggio, pero Craso construyó una larga red de fortificaciones y lo dejó sitiado, cortándole los víveres. Espartaco intentó llegar a un acuerdo con Craso, con la ingenua esperanza de que al menos les permitirían conservar sus vidas, pero el general romano se rehusó. El ejército de Espartaco comenzó a perder su disciplina y desbandarse, a medida que muchos soldados desertaban e intentaban escapar del cerco de Craso. Espartaco entonces decidió librar una batalla definitiva
El combate fue largo, pues aparentemente muchos de los soldados de Espartaco decidieron pelear hasta la muerte. Si bien concluyó con una victoria definitiva de las tropas romanas comandadas por Craso, el destino final de Espartaco, instigador de la revuelta ―que pasó a la historia como la Tercera Guerra Servil, llamada así porque a diferencia de las guerras civiles los enemigos no eran otros ciudadanos romanos sino meros esclavos― se desconoce. Muchos lo vieron caer en el fragor del combate, pero luego Craso no fue capaz de hallar su cuerpo.
Pese a ser un general victorioso, Craso no podía ser premiado con un Triunfo pues su enemigo no había sido un Estado o una tribu extranjera. No obstante, él decidió que su victoria sería celebrada con un espectáculo mucho más estremecedor que un Triunfo. Craso había logrado tomar 6.000 prisioneros del ejército de Espartaco, entre hombres, mujeres y niños. Lo que hizo con ellos fue crucificarlos ―el método romano habitual para castigar a los esclavos desobedientes―, pero en lugar de colocar las cruces en algún descampado, las fue poniendo al costado del camino en la Vía Appia, una ruta que comunicaba la ciudad de Capua ―el sitio donde comenzó la revuelta― con Roma. Así, todos los viajeros que transitaban esa muy concurrida carretera podían ver a los seis mil esclavos que habían osado rebelarse contra sus amos y contra el poder de Roma muriendo lentamente.





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