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lunes, 16 de septiembre de 2013

Göbekli Tepe

Göbekli Tepe (en turco "Colina panzuda") es un antiguo santuario que se levanta en el punto más alto de una extensa cadena montañosa situada a unos 15 km. al nordeste de la ciudad de Sanliurfa (antigua Urfa/Edessa), en el sudeste de Turquía, cerca de la frontera con Siria. El lugar, que actualmente está siendo excavado por arqueólogos turcos y alemanes, fue levantado por cazadores-recolectores en el X milenio a.C. (ca. 11.500 años atrás), antes de que comenzara la sedentarización. Misteriosamente, todo este complejo de piedras, pilares y esculturas, fue deliberadamente enterrado sobre el 8000 a.C., permaneciendo abandonado por espacio de 500 años. Juntamente con Nevali Çori, este yacimiento ha revolucionado la comprensión del Neolítico euroasiático. Göbekli Tepe está situado en el sudeste de Turquía. Fue señalado ya en una prospección estadounidense en 1964, cuando reconocieron que la colina podía no ser enteramente natural, pero asumieron que yacía debajo un cementerio bizantino. Desde 1994 las excavaciones han sido dirigidas por el Instituto Arqueológico Alemán y los científicos turcos del Museo de Sanliurfa, bajo la dirección del arqueólogo alemán Klaus Schmidt (1995–2000: Universidad de Heidelberg; desde 2001: Instituto Arqueológico Alemán). Según Schmidt, los fragmentos de piedra que se encontraban en la superficie lo llevaron a deducir inmediatamente que aquel era un sitio prehistórico. Anteriormente, la colina había sido cultivada durante generaciones y los habitantes locales habían retirado las rocas, apilándolas en montones para despejar sus campos; muchas evidencias arqueológicas han podido ser destruidas durante este proceso. Investigadores del Hochschule Karlsruhe comenzaron a documentar los vestigios arquitectónicos y pronto descubrieron las columnas en forma de T, algunas de las cuales han sufrido aparentemente intentos de destrucción. Göbekli Tepe es el lugar de culto religioso más antiguo del mundo descubierto hasta ahora. Hasta que las excavaciones comenzaron, no se consideraba posible un complejo de este tamaño para una comunidad tan antigua. La sólida secuencia estratigráfica sugiere varios milenios de actividad, posiblemente llegando hacia
atrás hasta el Mesolítico. El nivel de ocupación más antiguo (estrato III), datado en el Neolítico precerámico A (PPNA, por sus siglas en inglés) comenzaría hacia el 9000 a.C., y contiene pilares monolíticos enlazados entre sí por toscos muros que forman estructuras circulares u ovales. Hasta ahora se han descubierto cuatro construcciones de este tipo, que miden entre 10 y 30 metros de diámetro. Pero los reconocimientos geofísicos indican la existencia de 16 estructuras más. El estrato II, datado en el Neolítico precerámico B o PPNB, entre 7500-6000 a.C., reveló restos de varias habitaciones adyacentes de forma rectangular con pavimentos de cal pulimentada, que recuerdan los suelos de terrazo de la Antigua Roma. El nivel más reciente consiste en sedimentos depositados como resultado de la actividad agrícola. Los monolitos están decorados con relieves tallados de animales y de pictogramas abstractos. Estos pictogramas pueden representar lo que se interpreta habitualmente como símbolos sagrados, similares a los que en otras partes aparecen pintados en cuevas también neolíticas. Estos relieves figurativos, cuidadosamente esculpidos, representan leones, toros, jabalíes, zorros, gacelas, asnos, serpientes y otros reptiles, insectos, arácnidos y pájaros, especialmente buitres y aves acuáticas. En la época en que el santuario fue construido, el medio circundante era probablemente mucho más lozano que en la actualidad, siendo capaz de sostener gran variedad de vida salvaje; eso fue antes de que los muchos milenios de asentamientos humanos y la agricultura la convirtieran en la polvorienta región que es ahora. Los buitres son también característicos de la iconografía de yacimientos neolíticos como Çatalhöyük y Jericó; se supone que en las culturas tempranas del Neolítico de Anatolia y el Próximo Oriente se exponía a los difuntos al aire l
ibre de manera deliberada para que fuesen descarnados por los buitres y otras rapaces. La cabeza del difunto a veces era separada del cuerpo y preservada aparte, quizás como un signo de culto a los ancestros. Esto podría representar una temprana forma de entierro a cielo abierto, como todavía hoy lo practican los budistas en Tíbet y los zoroastrianos en India. Se han descubierto pocas formas humanoides en Göbekli
Tepe: entre ellas encontramos un relieve que representa a una mujer desnuda, en postura frontal y agachada, que Schmidt relaciona con las figurillas pertenecientes al Neolítico del norte de África y conocidas como Venus accueillante. También aparece al menos un cuerpo decapitado rodeado por buitres. En algunas de estas columnas en forma de T hay brazos grabados que podrían representar humanos estilizados o dioses antropomorfos. En otro caso encontramos una decoración de manos humanas que podría interpretarse como un ademán de oración, con una simple estola grabada en la parte de encima; el conjunto ha sido propuesto como la representación de unos sacerdotes en un templo. Las casas o templos son edificios megalíticos redondos. Los muros están hechos de piedra seca sin trabajar e incluyen numerosos pilares monolíticos de piedra caliza en forma de T con más de tres metros de altura. Otro par de columnas más grande aparece emplazado en el centro de las estructuras. Hay evidencias de que las estructuras estaban techadas: el par central pudo haber soportado el tejado. Las prospecciones geomagnéticas indican que debe de haber unos 200 pilares. Los pisos estaban hechos de terrazo (cal pulida) y hay un banco bajo adosado alrededor de todo el muro exterior. Los relieves de los pilares incluyen zorros, leones, jabalíes, asnos salvajes, garzas, patos, escorpiones, hormigas, arañas, muchas serpientes y unas pocas figuras antropomorfas. Algunos de estos relieves han sido deliberadamente borrados, puede que como preparación para superponer sobre ellos nuevos diseños. Hay también
esculturas exentas que podrían representar jabalíes o zorros, aunque, como están muy incrustadas de cal, es difícil decirlo. Estatuas similares han sido descubiertas en Nevali Çori y Nahal Hemar. Las canteras de las estatuas han sido localizadas en la misma meseta; algunas columnas inacabadas han sido descubiertas allí mismo, in situ. La columna inacabada
más grande mide 6,9 metros de largo, pero ha sido reconstruida con un total de 9 metros. Es mucho mayor que cualquiera de los pilares acabados encontrados hasta ahora. La roca fue extraída con picos de piedra. Las depresiones cóncavas que aparecen en la roca caliza han podido ser utilizadas como morteros o para hacer fuego durante el período anterior, el Mesolítico. También hay algunos diseños geométricos y falos grabados en la roca, pero su datación resulta incierta. Aunque las estructuras son, sobre todo, templos, recientemente pequeños edificios domésticos han sido descubiertos. A pesar de esto, queda claro que el uso primario del yacimiento fue ritual y no doméstico. Schmidt considera esta "catedral en la colina" como un lugar de peregrinación que atraía devotos desde más de ciento cincuenta kilómetros de distancia. El gran número de huesos con cortes y desgarramientos encontrados, de especies locales como el ciervo, la gacela, jabalíes y gansos han sido identificados como desperdicios derivados de su caza y preparación, más que procedentes de banquetes rituales. El lugar fue deliberadamente abandonado en algún momento después del 8000 a.C.: los edificios fueron cubiertos con desechos de un asentamiento, que pudieron ser traídos de cualquier otra parte. Tales depósitos incluyen herramientas de sílex tales como rascadores y puntas de flecha, así como huesos de animales. El inventario lítico está caracterizado por puntas de Biblos y numerosas puntas Nemrik, así como puntas Helwan y puntas Aswad.








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